En la pequeña iglesia de Santa Maria del Boschetto (contrada Parco) se encontró, hace más de cinco siglos, una caja de plomo en el que había una reliquia y un antiguo pergamino escrito con caracteres no se puede descifrar.
En el año 1481, como cuenta en su «Milazzo sacro» (1696) el padre Francesco Perdichizzi, capuchino, y en la transcripción que el ing. Domenico Ryolo hizo de la copia redactada en el 800 por Giuseppe Piaggia, «pasando por Milazzo algunos sacerdotes caldeos y leyendo el escrito encontraron su propio lenguaje y informaron que entre estas reliquias estaba el brazo de San Esteban Protomartire.»
«No dieron los Milazzesi a esos sacerdotes plena fe, sino que recurriendo al arzobispo se encargó de estos el cuidado de hacer mejor diligencia con hacer reconocer de nuevo la escritura.
