Iglesia de Nuestra Señora del Rosario
Las obras para su construcción comenzaron en 1538 después de derribar la Iglesia de S. Leonardo del siglo XV. Iglesia y convento sufrieron importantes modificaciones en el avanzado siglo XVIII. En la fachada simple se encuentra el portal, que descansa sobre dos semicolumnas con capiteles corintios. En la parte superior se abría un gran óculo que fue sustituido, en 1705, por una elegante ventana rectangular. El campanario de vela está situado en la parte trasera. El interior tiene una planta renacentista de tres naves con cinco arcos de medio punto que descansan sobre columnas, con ábside cuadrangular y sin transepto. El techo de cada nave se divide en cinco cruceros del siglo XVIII.
Ocho altares distribuidos en las dos naves laterales. A la derecha, el primero está dedicado a S. Vincenzo Ferreri (con una estatua policroma atribuida a Filippo Quattrocchi); el segundo a la Virgen y los Santos Dominicos (con un lienzo del siglo XVIII atribuido a Filippo Jannelli); el tercero está dedicado a la Virgen con los Santos Catalina y Tomás (con lienzo del siglo XVIII); el último altar estaba dedicado a S. Domenico con un paliotto de madera dorada de particular valor; en la última columna está instalado el púlpito de madera con dosel sostenido por columnas ya neoclásicas. En la pared de fondo hay una pequeña vara de madera policromada adornada sobre la que se coloca la efigie del Niño Jesús; en cambio, arriba hay una pintura de San Antonio de Padua.
A la izquierda: el sepulcro gentilicio en mármol y estuco de la familia de Nicola Cumbo precede al primer altar del Crucifijo con un antiguo simulacro policromo y pobres mármoles; sigue el altar de madera del siglo XVII que representa la Gloria de S. Domenico; el tercer altar tiene un lienzo que representa a S. Girolamo (1694); el cuarto presenta un lienzo de la Virgen del Rosario, S. Domenico, S. Caterina, S. Vincenzo Ferreri y dos fieles. Los quince cuadros ovalados de bronce reproducen los Misterios del Rosario.
En la parte delantera de la nave se encuentra la prestigiosa Custodia capuchina, aquí trasladada desde la antigua Iglesia de los Capuchinos. El altar mayor, en mármol policromado y bajorrelieves en blanco de Carrara, es de estilo neoclásico y fue erigido en 1809 en sustitución de un altar de madera de 1596. Por último, un gran cuadro en la pared representa a Jesús que cura a un paralítico (1789), mientras que en el ábside se coloca la pintura de la Virgen de Itria o Odigitria. El techo de la nave central se caracteriza por frescos de Messinese Domenico Giordano, datados en 1789: Gloria de S. Domenico, S. Domenico que quema los libros de los herejes, S. Domenico con los santos Pedro y Pablo.